En una oración por Honduras, José Vicente Nácher Tatay, arzobispo de Tegucigalpa, pidió que el país destierre la corrupción, la violencia y la indiferencia.
Durante su intervención, el arzobispo exhortó a reconocer “que somos hermanos” más allá de las diferencias, y solicitó la iluminación de las autoridades y de quienes aspiran a gobernar.
Expresó que la verdadera paz nace de la justicia, y subrayó la necesidad de que todos trabajen por el bien común: “Ayúdanos a desterrar la corrupción, la violencia y la indiferencia para que florezca en nuestra tierra el amor, la unidad y el servicio”.
El mensaje se da en un contexto de alta tensión social en Honduras, donde la Iglesia exhorta tanto al pueblo como a los líderes a asumir un papel activo en la construcción de una sociedad más justa y fraterna.





















