Tegucigalpa.- Este miércoles, la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) advirtió sobre el impacto del «huracán Trump» y criticó la respuesta del gobierno hondureño ante la amenaza de deportaciones masivas formulada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Honduras, como país receptor de deportados, podría ver un aumento considerable en el número de retornados, estimado en al menos 120 mil durante el primer año de administración de Trump, advirtió ASJ
Carlos Hernández, director ejecutivo de ASJ señaló que al igual que un país se prepara ante la llegada de un fenómeno meteorológico, Honduras debería contar con un plan frente a las amenazas de deportaciones masivas.
En solo cinco días, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, asumirá su segundo mandato con un enfoque enérgico en políticas migratorias y comerciales que podrían tener consecuencias profundas en Honduras y la región, sin que hasta el momento el gobierno de Xiomara Castro haya anunciado estrategias para mitigar el impacto de las medidas anunciadas, expresó Hernández.
Vaticinó que el plano más conservador Honduras podría tener 120 mil connacionales deportados en el primer año de administración del presidente estadounidense.
Impacto
Desde hace dos meses, el presidente Trump ha delineado varias acciones prioritarias que, de concretarse, podrían transformar el panorama económico, social y psicológico de los hondureños y hondureñas. Aunque no todas sus medidas podrían materializarse, incluso la implementación parcial de estas tendría un impacto significativo en el país, reflexionó el director ejecutivo de ASJ.
Una de las medidas anunciadas es la deportación de 11 millones de inmigrantes indocumentados en los próximos cuatro años, con una meta inicial de un millón en el primer año, bajo la dirección de Tom Holman, «zar» de la frontera. Esto incluye deportar a 100 mil personas mensualmente, priorizando a quienes tienen antecedentes legales. Honduras, como país receptor de deportados, podría ver un aumento considerable en el número de retornados, estimado en al menos 120 mil durante el primer año, razonó.
Hasta la fecha, el gobierno de la presidenta Xiomara Castro no ha presentado un plan claro para mitigar los efectos de estas políticas. Aunque en una cadena nacional del 1 de enero mencionó la posibilidad de cerrar la base militar estadounidense en Palmerola como respuesta a las deportaciones masivas, esta acción ha sido catalogada más como amenaza que estrategia viable, criticó.
Expuso que otros países como Canadá y México también han sido amenazados por el presidente Trump y sus gobernantes han buscado reuniones incluso antes que asuma, en cambio Honduras respondió con una amenaza. “el eslabón más débil amenazando al país más poderoso del mundo, algo no cuadra”, ironizó.