«Hasta que uno la tiene» se entiende la covid-19, dice médico hondureño

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"Me aferré a Dios pidiéndole en oración una nueva oportunidad de vida, porque nadie quiere dejar a su familia"; subrayó.

Tegucigalpa. – La Covid-19 «se llega a entender hasta que uno la tiene», dijo este lunes a Efe el médico hondureño especialista en Rehabilitación y exviceministro de Salud José Manuel Matheu, quien se recupera de la enfermedad que contrajo este año, lo mismo que su esposa.

«Usted siente que no puede respirar, que no llega de la casa al hospital porque se va a morir; es horrible, ahora yo entiendo a cualquiera que me diga de esto, es algo desesperante y cuando usted llama a los hospitales todos están llenos, a nosotros nos tocó vivir eso», relató Matheu, de 60 años. Su esposa estuvo menos grave.

EL FUTURO SANITARIO DE HONDURAS ES SOMBRÍO

Agregó que llegó a requerir de «80 litros de oxígeno por minuto» durante 8 días, de 9 que estuvo muy grave, y que esa es una de las causas por las que está vivo; además, porque pudo pagar para que lo atendieran en un hospital privado gracias a un seguro médico.

«Pero el hondureño que no tiene un seguro médico, simplemente está condenado a morir y eso se está viendo todos los días», recalcó el profesional, con estudios de especialización en México.

En su opinión, en el país habrá más muertos y más infección por la pandemia de covid-19, que se comenzó a expandir en marzo de 2020, con un saldo de al menos 5.141 muertos y 206.907 contagios, según el estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).

Con las cifras de contagio, las que según Matheu y otras fuentes médicas son más altas que las que a diario registra el Sinager, «el futuro es sombrío para Honduras en materia sanitaria en general».

Es «sombrío» porque «además del coronavirus, el precario sistema sanitario también debe atender otras enfermedades que siempre ha tenido el país, como respiratorias, diarreicas, otras que son transmisibles, incluso la malaria en algunas regiones», recalcó.

«El futuro sanitario de Honduras es malo. Hemos tenido una mala administración en salud y vamos a seguir pagando las consecuencias», señaló Matheu en el exterior de su casa, mientras observaba a pocos metros, en la sala, a dos de sus nietos que estaban jugando.

EL CORONAVIRUS HA CAMBIADO

Luego de que la pandemia se comenzó a regar como pólvora en el país, de 9,5 millones de habitantes, se habló mucho de que las personas de 50 o más años eran las de mayor riesgo de contraer la covid-19, pero gradualmente se fue confirmando, por las autoridades sanitarias, que la incidencia de gente joven contagiada es alta.

En los informes diarios del Sinager incluso figuran niños desde un año en adelante contagiados con covid-19, lo que Matheu atribuye a que el coronavirus ha cambiado.

La covid-19 está llevando a los hospitales a mucha gente joven y niños, «y si no hay un manejo adecuado, también van a morir, eso ya está pasando en el mundo», dijo el médico, un «creyente en Dios», a lo que también atribuye no haber muerto por covid-19.

También señaló que otro problema grave que enfrenta Honduras es que los hospitales públicos están colapsando por falta de camas para atender a tantos pacientes, además de la carencia de vacunas.

Hasta ahora el porcentaje de hondureños vacunados es de menos del 1 % y no se sabe cuándo estarán todos inmunizados porque el proceso de inoculación ha sido lento, de lo que Matheu culpa al Gobierno por «el mal manejo de la pandemia desde el inicio».

HOSPITALES NECESITAN ALTOS FLUJOS DE OXÍGENO

«La situación sanitaria del país ha sido desastrosa, ha habido muy mal manejo de la pandemia, desde el inicio el Gobierno ha dado tumbos», señaló Matheu, un profesional con 35 años de carrera que trabaja en el Hospital San Felipe y una clínica privada en la capital hondureña.

Además, considera que no ha habido voluntad oficial para adquirir las vacunas que se necesitan para inmunizar a la población. «(La vacunación) Es lo único que nos va a sacar de la crisis», dice.

Sobre su experiencia con la covid-19 en enero, Matheu dijo que con su familia llamaban a los hospitales públicos y privados y en ninguno había cupos la noche que se puso mal.

Añadió que fueron 9 días muy difíciles los que vivió y que por momentos, cuando los casos son graves, como fue el suyo, el enfermo «no siente si va mejorando».

«Me aferré a Dios pidiéndole en oración una nueva oportunidad de vida, porque nadie quiere dejar a su familia»; subrayó.

Matheu abogó para que en todos los hospitales públicos haya suficiente oxígeno disponible, mayor de 15 litros por minuto, para atender a los pacientes, principalmente cuando están muy graves, porque «necesitan alto flujo de oxígeno».

La covid-19 le ha causado la muerte a más de un centenar de médicos, enfermeras y otro personal sanitario en Honduras, de los que muchos estaban en primera línea al frente de la pandemia. EFE