Tegucigalpa. – El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández y la primera dama, Ana García de Hernández, participan este miércoles en los actos del inicio de celebración del Bicentenario de Emancipación Política de Honduras.
En su disertación el mandatario expresó que cada uno debe definir cuál será su aporte en la nueva etapa de Honduras y Centroamérica.
“Han pasado 200 años desde que los hijos ilustres que fundaron nuestra República lucharon algunos de ellos ofrendaron sus vidas y podemos asegurador que no lo hicieron en vano porque en su profundo amor por Honduras prevalecía el anhelo de heredar a las futuras generaciones una nación digna, prospera y justa”, manifestó Hernández en el evento celebrado en el Palacio José Cecilio del Valle, sede de Casa Presidencial.
Seguidamente, declaró que de los padres de la independencia heredaron no solo este gran país, sino el coraje, el temple y valentía para luchar por los sueños y sobrellevar las adversidades tal y como ha ocurrido en los últimos meses.
“Hoy, 200 años después nos sentimos orgullosos de llevar con nosotros el espíritu del indómito cacique Lempira, la valentía del general Francisco Morazán, la tenacidad de José Trinidad Cabañas y anhelo por la igualdad y justicia de Dionisio de Herrera, la sabiduría de José Cecilio del Valle y el legado moral del padre José Trinidad Reyes”, expuso el gobernante.
El titular del Ejecutivo aseveró que esa es la esencia de los hondureños. La solidaridad, justicia, unidad, igualdad, libertad y fraternidad, valores que en la vida de cada hondureño y centroamericano son los que determina la grandeza de la nación.
Por otro lado, Hernández comentó que a lo largo de 200 años Honduras ha vivido épocas de amor, prosperidad y esperanza, pero también «épocas muy oscuras a las que no podemos volver nunca jamás”.
“Pueblo hondureño y centroamericano, nos preparamos para el Bicentenario, para que fuera una gran fiesta cívica de detonar el fervor patrio, pero nadie imaginó que llegaríamos a los 200 años en medio de una pandemia que nos ha arrebatado la vida de miles de hondureños, afectado la salud de otros tantos y que ha castigado severamente las actividades sociales y económicas, los empleos y las empresas”, lamentó el mandatario.
Además, señaló que cualquier otro país con menos coraje hubiera sucumbido ante el impacto de la pandemia y las tormentas tropicales, “pero aquí estamos de pie, con la frente en alto avanzando sin retroceder y unidos como nación”.
Asimismo, dijo no querer más guerras, pobreza, corrupción y crimen organizado. “Queremos paz, prosperidad, justicia y una vida mejor para cada familia hondureña”, demandó.
Construcción de Honduras
El camino para construir una Honduras mejor no ha sido fácil, señaló el presidente a la vez que apuntó que cuando asumió la presidencia del Congreso Nacional en 2010 y posteriormente la Presidencia de la República en 2014, sabían que no podían seguir haciendo las cosas de la misma manera porque entonces obtendrían los mismos resultados.
“Honduras dejó de ser uno de los países más violentos del mundo”
Hernández resaltó que se estaba perdiendo el país porque lo llevaron a un profundo abismo del cual era muy difícil salir.
“Prohibido olvidar porque hay que aprender de la historia, recuerden que en apenas unos pocos años nos convierten en el país más violento del mundo, hicieron de la capital de la República y San Pedro Sula las ciudades más violentas del planeta, ahora ya no somos el país más violento del mundo y nuestras principales ciudades no están ni siquiera en las 50 más violentas del mundo, parecía imposible, pero lo logramos”, arguyó.
