Nueva York.- El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández, que este jueves fue extraditado desde su país a Estados Unidos, comparecerá el viernes ante el juez federal Stewart D. Aaron en el tribunal federal del Distrito Sur de Nueva York.
Un comunicado del ministerio de Justicia estadounidense señaló que Hernández, de 53 años, va a ser acusado de delitos que van desde 2004 a 2022, por «participar en un conspiración de corrupción y tráfico violento de drogas y propiciar la importación de miles de kilos de cocaína a los Estados Unidos».
Hernández «supuestamente recibió millones de dólares para utilizar su cargo público, las fuerzas del orden y el Ejército para respaldar organizaciones de narcotráfico en Honduras, México y otros lugares».
El fiscal Damian Williams del mismo tribunal dijo que Hernández es sospechoso de aliarse «con algunos de los más prolíficos narcotraficantes para levantar un imperio corrupto y brutal», y de «usar sus vastos poderes para proteger y asistir a los líderes de carteles del narco alertándolos de posibles prohibiciones, así como bendiciendo la violencia fuertemente armada para apoyar ese tráfico de droga».
Será el juez el que decida los cargos que se le aplican, pero la Fiscalía va a pedir que sean estos tres: conspirar para introducir cocaína a Estados Unidos, usar y transportar ametralladoras y explosivos para el traslado de la droga y conspirar para el delito anterior; solo estos dos últimos delitos llevan acarreada la prisión a perpetuidad.
En el comunicado aparece también la Agencia Antidroga de EE.UU. (DEA, en inglés), cuya administradora, Anne Milgram, destacó que «la extradición de hoy deja claro que la DEA no va a parar ante nada en su persecución de los actores políticos más poderosos que se implican en narcotráfico, violencia y corrupción».
Desde el derrocamiento y traslado del presidente panameño de facto Manuel Antonio Noriega hasta Estados Unidos -donde fue juzgado y condenado a 40 años-, esta será la segunda vez que un jefe de Estado latinoamericano se presenta ante la Justicia estadounidense. EFE