Cruz Roja alerta que la ayuda en Centroamérica no llega a donde debe

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cortesía canal 6

Panamá – La muerte y destrucción causadas por el paso en menos de dos semanas de los potentes huracanes Eta e Iota por Centroamérica, con especial afectación en Honduras, demuestran que la financiación por riesgos de desastres climáticos «no se asigna donde más se necesita», dijo la Cruz Roja Internacional.

Ambos huracanes tocaron tierra en Nicaragua, donde este martes Iota se desplazaba ya degradada a tormenta tropical, en una trayectoria que también la llevará a Honduras, el país más castigado por Eta a inicios de este mes, indicó este martes el ente de socorro.

Lluvias asociadas a Eta afectaron todo el istmo y dejaron al menos 144 muertos, 120 desaparecidos, destrucción y suelos saturados de agua y más proclives a deslaves, lo que hace temer por el efecto devastador de Iota en la región.

«Eta e Iota son el ejemplo en tiempo real de lo que habla el Informe Mundial sobre Desastres. El análisis que hicimos hace varios meses al preparar el Informe Mundial sobre Desastres 2020 se está desarrollando en tiempo real en las Américas, especialmente en Honduras».

En su informe mundial, la Cruz Roja Internacional indicó que ni los cinco países más vulnerables a desastres climáticos están entre los mayores beneficiarios de financiación, ni las cinco naciones que reciben más fondos de adaptación per cápita se encuentran en situación especialmente frágil ante el calentamiento global.

Aunque Honduras ocupa el puesto 37 de los países más vulnerables del mundo, está en la casilla 54 en financiamiento para la adaptación climática, y en el 2018 solo se invirtieron 1,22 dólares per cápita para proteger a las personas de los desastres, dijo la Cruz Roja.

En Honduras, uno de los países con mayores desigualdades en el mundo, que se encuentra entre los cuatro primeros de la región por riesgos de desastres climáticos y entre los tres primeros por vulnerabilidad climática a largo plazo, se calcula que 2,5 millones de personas fueron afectadas por Eta, el peor desastre que ha azotado el país en más de dos décadas, añadió.

«Honduras es el ejemplo perfecto de la desconexión/injusticia que hemos destacado en nuestro informe: la financiación no se asigna donde más se necesita», aseveró la entidad.

Las autoridades hondureñas, que mantienen en alerta roja o máxima a la espera de Iota, han informado que Eta dejó al menos 74 muertos, una decena de desaparecidos, 2,9 millones de personas afectadas, más 84.000 evacuadas y graves daños a la infraestructura y la producción agrícola y ganadera.

INDÍGENAS, MUJERES Y NIÑOS, LOS MÁS AFECTADOS

La Cruz Roja Internacional indicó que los más afectados por la deficiente distribución de la cooperación para proteger a las personas de la crisis climática son las comunidades indígenas, las mujeres y los niños.

«Estas son las personas que necesitan más apoyo de los Gobiernos y de la comunidad internacional en general», se requieren inversiones a largo plazo, especialmente del sector privado y otras grandes instituciones, «en países de alto riesgo como los son Guatemala, Honduras y Nicaragua», indicó.

Estas inversiones de largo plazo servirán «para seguir asignando recursos y personal técnico a los programas de adaptación al cambio climático y reducción del riesgo de desastres a nivel comunitario» y para promover, por ejemplo, la preparación para desastres, que es «clave» en Centroamérica y el Caribe, donde estos «son cada vez más frecuentes como resultado del cambio climático».

LA «TRIPLE AMENAZA» EN CENTROAMÉRICA

La Cruz Roja Internacional recalcó que los países centroamericanos están sufriendo el impacto de tres crisis: el clima extremo, la migración masiva causada por la inestabilidad económica y la violencia y la pandemia de la covid-19.

Solo en Honduras, antes de la pandemia, alrededor de 1,3 millones de personas ya necesitaban ayuda en las áreas de seguridad alimentaria, salud, protección y agua y saneamiento, indicó el organismo de socorro.

Familias han estado sufriendo la reducción de sus ingresos y ahorros en los últimos meses debido al impacto social y económico de la pandemia y se espera que el impacto de Eta en la región afecte tanto a la economía local como a las remesas.

«En Honduras, el impacto económico de Eta ya es visible: los cultivos de banano y cafetales, que son la principal fuente de ingresos para muchas personas, se ven muy afectados. Esto amenaza los medios de vida de muchas comunidades en el país», agregó. EFE