Camas de hospital que se pueden convertir en ataúdes, alternativa en Colombia

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El gerente de la firma publicitaria ABC Displays, Rodolfo Gómez, a la izquierda, y dos de sus empleados muestran en su empresa una caja de cartón que puede servir de cama de hospital y féretro si el paciente llega a fallecer, en Bogotá, Colombia. Todos portan mascarillas para protegerse de la pandemia de coronavirus. (AP Foto/Fernando Vergara)

Bogotá– Con la experiencia y el conocimiento del manejo del cartón, una empresa colombiana comenzó a fabricar en ese material camas para hospitales que las requieran ante la emergencia sanitaria por el coronavirus y que pueden convertirse en ataúdes si el enfermo fallece.

La iniciativa es de la empresa ABC Displays, con sede en Bogotá, que busca ayudar a reducir el déficit de camas y facilitar el manejo de cadáveres en caso de ser necesario.

El gerente de la compañía, Rodolfo Gómez, destaca que la cama es biodegradable, cuesta alrededor de 127 dólares -tres veces menos que una normal-, resiste un peso de 150 kilos y además cumple con los requisitos de comodidad y funcionalidad.

«La desarrollamos por la situación que se está dando con la COVID-19 en el mundo, porque nos dimos cuenta de que había carencia de camas hospitalarias», dijo Gómez a Efe.

La empresa, que antes fabricaba piezas en cartón para publicidad, cambió su eje de trabajo y ahora puede producir hasta 300 camas al mes e incluso exportarlas, aunque admite que todavía no tiene ningún pedido.

DESECHABLES Y REUTILIZABLES

Las camas hospitalarias fabricadas por ABC Displays tienen una estructura de cartón corrugado y cuentan con barandas y una base metálicas que se pueden reutilizar.

Además, dispone de ruedas para facilitar su desplazamiento, se puede desinfectar gracias a una laca que recubre el cartón y tiene una vida útil de seis meses, lo que supone que la pueden utilizar unos 12 pacientes.

Aunque la empresa espera que los pacientes que las usen se recuperen, en caso de que no sea así las camas pueden ser convertidas en ataúd, permitiendo la manipulación del cadáver sin tocarlo, lo que reduce las posibilidades de contagio para el personal de salud.

Gómez recuerda que cuando trabajaban en el diseño de la cama se percataron de lo que ocurría en países vecinos como en Ecuador, donde hubo una crisis en el manejo de cadáveres y fue entonces cuando le agregaron el segundo uso: el de féretro.

«Cuando estábamos más avanzados en el diseño nos dimos cuenta lo que estaba sucediendo en Ecuador, que estaban sacando a sus familiares (muertos) a las calles y no tenían cómo enterrarlos, entonces se nos ocurrió que podíamos volver la cama un ataúd», detalla Gómez.

En caso de ser necesario, la cama se convierte en ataúd quitando las barandas y, mediante un procedimiento manual, el cuerpo es bajado del nivel más alto a uno más bajo, quedando sobre una estructura de cartón.

CRÍTICAS A LA INICIATIVA

Las críticas en las redes sociales no han faltado a esta iniciativa por el hecho de que una cama hospitalaria pueda ser convertida en ataúd, situación que para el fabricante es un asunto de ver las cosas desde ángulos diferentes.

«Todo es tema de perspectivas, de cómo veamos las cosas. Definitivamente creo que es muy fuerte pensar que me estoy acostando en una cama hospitalaria que se convierte en ataúd. Sin embargo, lo que se está viendo a nivel mundial es mucho más fuerte», dice Gómez.

Explica que, en su opinión, es «más fuerte e indigno» que los enfermos sean atendidos en el piso en hospitales desbordados o que los parientes no puedan sepultar a los fallecidos porque no hay ataúdes ni dinero para comprarlos.

Asegura que la intención «no es ofender a nadie» sino, por el contrario, plantear soluciones a un problema real en el que la pandemia imposibilita que la familia acuda a una funeraria y se pueda hacer un sepelio tradicional.

AYUDA PARA EL AMAZONAS

Gómez considera que estas camas pueden ser de gran ayuda para regiones como el departamento del Amazonas, donde los recursos de los hospitales son precarios y la pandemia avanza sin control.

Es por eso que en las próximas semanas donará diez camas a esa región de población mayoritariamente indígena en la que el coronavirus se ha ensañado.

El primer caso de COVID-19 en el Amazonas colombiano fue confirmado hace menos de un mes, el pasado 17 de abril, y desde entonces van 924 enfermos, 30 fallecidos y 27 recuperados, mientras que  en todo el país hay 13.610 enfermos y 525 muertos. EFE