Biden reconstruye el «muro azul» del Medio Oeste

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La tensión entre la Administración de Trump y las instituciones multilaterales no fue en ningún lugar tan palpable como en Ginebra, que concentra decenas de organizaciones que funcionan como ejes de la cooperación global en las temáticas más diversas y que en los últimos años sufrieron sus constantes ataques. EFE

Detroit (EE.UU.), 5 nov (EFE).- Cuatro años después de que el muro azul (demócrata) del «cinturón del óxido» fuese hecho añicos por el republicano Donald Trump, el aspirante demócrata Joe Biden ha logrado reconstruirlo y con él ha puesto un pie en la Casa Blanca, a la espera del conteo final.

Entre 1992 y 2012, todas las elecciones presidenciales en Wisconsin, Michigan y Pensilvania se habían decantado por el partido demócrata hasta tal punto que llegaba a considerarse territorio seguro.

En 2016, sin embargo, el muro se vino abajo y con él la candidatura de Hillary Clinton.

Por márgenes menores al 1 % de los votos, y aupado por un agresivo discurso de nacionalismo económico, Donald Trump rompía la tendencia y conseguía así el trampolín necesario para devolver la Casa Blanca a los republicanos.

Los demócratas aprendieron la lección y durante toda la campaña de este año Biden no dejó de visitar de manera repetida esos tres estados.

Aunque dos días después de las elecciones aún no se ha logrado determinar un vencedor debido a lo reñido del conteo, tanto en Wisconsin como en Michigan se ha confirmado la victoria de Biden.

En el caso de Michigan por 67.000 votos este año frente a la derrota de 10.000 votos sufrida por los demócratas en 2016; y en la vecina Wisconsin, por 20.000 votos comparados con la derrota por casi 25.000 en 2016.

En Pensilvania todavía se está finalizando el cómputo de papeletas, proceso que se ha demorado por la avalancha de votos por correo en medio de la pandemia del coronavirus.

DIFICULTADES DEMÓCRATAS CON LOS TRABAJADORES

Un recorrido por el área metropolitana de Detroit, la más grande del estado, demuestra que los días gloriosos de la «ciudad del motor» son cosa del pasado, un paisaje truncado por espacios industriales en ruinas.

Para los expertos, el abandono de los demócratas en Michigan tiene principalmente que ver con sus dificultades en los últimos años para mantener la conexión con los trabajadores dolidos por las sombrías perspectivas económicas.

«Donald Trump tuvo éxito en 2016 en Michigan porque se centró en hablar de los empleos manufactureros que se fueron del estado y cómo el acuerdo comercial con México y Canadá y otras políticas de libre comercio dañaron la economía y arrebataron empleos automotrices», subrayó a Efe John Klemanski, profesor de política en la Universidad de Oakland, en el noroeste de Detroit.

Pero este año, apuntó Klemanski, «un buen número de los que consideraron atractivas las propuestas de Trump pensaron que no había cumplido sus promesas, particularmente en el sector automovilístico, donde los empleos no han mejorado mucho».

Consciente de ello, Biden redobló su esfuerzo en el estado y acudió en varias ocasiones junto con el expresidente Barack Obama (2009-2017) para reforzar el voto afroamericano en Detroit, y la apuesta parece haberle dado resultado.

EL TECHO DE TRUMP

Trump ha evitado Detroit, de abrumadora mayoría demócrata, pero ha visitado en varias ocasiones el condado de Macomb, los suburbios al norte de la ciudad, donde se encuentran gran parte de las fábricas de automóviles de las legendarias marcas estadounidenses: General Motors, Ford y Chrysler.

Allí ganó en 2016 por más de 10 puntos porcentuales y aunque mantuvo su triunfo este año, lo hizo con apenas 7 puntos, algo que sumado al aumento en la participación y lo ajustado del conteo, decantó la balanza para Biden.

Como en otros estados del país, la polarización en Michigan refleja en gran medida el disparidad entre la población de los centros urbanos y la de las zonas rurales.

Trump cerró su campaña electoral con dos mítines en el estado en Grand Rapids, en el oeste del estado, y en Traverse City (norte), con el objetivo de alentar la participación de sus seguidores.

Pero la demografía juega en contra del exmagnate inmobiliario, ya que en Michigan el incremento de población del estado se debe casi en exclusiva a población nacida fuera de EE.UU., hasta rozar actualmente el 10 %, y que se ha instalado principalmente en zonas urbanas.

El país ha cambiado, y ambos partidos deben adaptarse a la nueva realidad de 2020.

«Los demócratas tienen que encontrar un camino para atraer a los votantes blancos que han perdido. Y, por otro lado, a medida que la población de minorías crece a nivel nacional, los republicanos van a estar en problemas si no moderan su mensaje en inmigración», remarcó Jack Lessenberry, analista de la radio pública de Michigan. EFE