Tegucigalpa.- Efraín Farach, reconocido analista e investigador hondureño, recalcó que a Honduras “la falta competitividad, el alta de percepción de la corrupción, falta de transparencia legislativa, el tema de divisas, el tema de confrontación, la incertidumbre y la polarización, ha menguado el tema de inversión extranjera directa y ha frenado la inversión local”, mientras que a El Salvador llega inversión de Google, haciendo mención de cuales son algunos de los factores por los cuales no hay inversión por parte de otras entidades a nuestro país.
De igual forma, Farach mencionó que “Honduras en la región de Centroamérica, es el segundo país con la mayor extensión territorial, el segundo país con la mejor inversión, significa que algo se está haciendo mal, para no atraer la inversión de manera directa de manera correcta”.
La compañía tecnológica Google inauguró este lunes sus oficinas en El Salvador como parte de un acuerdo estratégico con el gobierno del presidente Nayib Bukele para modernizar servicios públicos en las áreas de atención médica, educación y trámites administrativos con el Estado.
Efraín Farach, reconocido analista e investigador hondureño, destacó, que “dentro de seis meses tendrá una repercusión muy competitiva, en temas de generación de empleos y competitividad para ese país”, es decir que la llegada de Google a El Salvador podría tener un impacto significativo en la economía del país centroamericano.
Según su análisis, en un plazo de seis meses, se espera que esta asociación tenga una repercusión considerable en la mejora de la competitividad de El Salvador a nivel nacional e internacional.
Esta colaboración representa un acontecimiento significativo en los esfuerzos del gobierno salvadoreño por aprovechar la tecnología para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
¿Qué se espera con la presencia de Google?
Se espera que la presencia de Google en el país genere oportunidades de empleo en el sector tecnológico local y fomente el desarrollo de habilidades digitales entre la población.
Este acuerdo refleja una tendencia creciente en América Latina, donde las empresas de tecnología están desempeñando un papel cada vez más importante en la modernización y digitalización de los servicios gubernamentales.
Sin embargo, algunos críticos expresan preocupaciones sobre la privacidad de los datos y la dependencia excesiva de empresas extranjeras en la prestación de servicios básicos.
