A saber escuchar y atender la voz de Dios llama la iglesia católica en la homilía dominical

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Tegucigalpa.- «Permaneced en mi palabra» es el lema de la festividad que se dedica a la Jornada Mundial en la Iglesia católica para agradecer la palabra de vida, dijo monseñor José Vicente Nácher en la homilía dominical.

«Hoy cobra significado la celebración de este domingo, marcando el comienzo del tiempo ordinario, instándonos a comprometernos en aprender a escuchar y prestar atención a la voz de Dios», dijo el arzobispo de Tegucigalpa.

En la celebración eucarística de este domingo 21 de enero de 2024, en la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, monseñor José Vicente Nácher dijo que hay que agradecer por recibir la palabra y comprometerse diariamente a permanecer en ella.

«La palabra nos antecede, nos acompaña y nos guía. Jesús da inicio a su vida pública, resumida por san Marcos en dos acciones: la predicación del evangelio y el llamado de los primeros apóstoles. Estas actividades tienen lugar cerca del lago de Galilea, en un espacio y momento concurridos, donde predominan trabajadores comunes frente a especialistas en la escritura, a quienes se referían como escribas», comentó el arzobispo de Tegucigalpa.

Conviértanse

En su primer mensaje, Jesús insta: «Hoy, crean y conviértanse», invitando a aceptarle como la buena noticia y a vivir de acuerdo con nuestras creencias de una manera renovada»

Este primer anuncio conlleva una urgencia, al proclamar que «el tiempo está cumplido», indicando que el momento esperado ha llegado.

«La motivación radica en que el reino de Dios está cerca, lo que implica que las promesas divinas en las que se fundamenta nuestra esperanza comienzan a materializarse», dijo en su mensaje Nácher.

Discípulo

Jesús llama, quizás no basándose en lo que ve en ellos, como haríamos nosotros, sino eligiéndolos desde siempre.

«Podemos preguntarnos: ¿quién es el discípulo según el evangelista?. El discípulo es aquel que vive con el maestro gracias a que el maestro ya vive en él antes de conocer la palabra de Jesús», refiere monseñor Nácher.

Entonces, la palabra supone una presencia previa y permanente, consciente al escuchar su voz. La importancia de permanecer en su palabra radica en ser un vínculo de pertenencia a su persona.

La palabra, inmaterial, entra por el oído, llega a la mente y se instala en el corazón, fusionando sentimiento, idea y voluntad.

Renovación

«Nadie se convierte en seguidor de Jesús solo por convicción, sino porque en su palabra hay una renovación. El término «conversión» implica cambiar la ruta de la vida en busca de una nueva meta», refirió el religioso.

En conclusión dijo que Jesús insta a «permaneced en mi palabra», equivalente a permanecer en Él.

«Como Pedro, podemos decir: «Solo tú, Señor, tienes palabras de vida eterna». María, quien meditaba en su corazón la palabra de Dios, es un ejemplo de permanencia en la palabra. Que podamos, como María, meditar, cumplir y compartir la palabra de Dios en nuestra vida», concluyó en la Homilía dominical.