El Consejo Nacional Electoral (CNE) adjudicó la noche del lunes a la empresa Smartmatic la implementación del sistema biométrico que será utilizado en las elecciones generales del próximo 30 de noviembre, decisión que ha generado polémica debido a los cuestionamientos de diversos sectores políticos y sociales.
Las críticas se centran en los antecedentes de la compañía en procesos electorales de otros países, donde ha sido señalada por presuntas irregularidades, así como en la falta de claridad sobre los términos del contrato y las garantías de que el sistema pueda ofrecer resultados confiables y transparentes.
A pesar de las objeciones, el CNE defendió su decisión señalando que Smartmatic presentó las mejores condiciones técnicas y económicas entre las propuestas recibidas. Según las autoridades electorales, la adjudicación busca asegurar la modernización y eficiencia en el registro biométrico de los votantes.
La resolución del CNE se da en medio de un clima de alta expectativa política, ya que el sistema biométrico será clave para la identificación de los electores y la credibilidad del proceso electoral.