Tegucigalpa – En las últimas semanas, se ha registrado un aumento significativo en el decomiso de armas y municiones en la Aduana de Puerto Cortés. Estos hallazgos han encendido alarmas en las autoridades aduaneras, que han solicitado al Ministerio Público una investigación inmediata para esclarecer los destinatarios de estos cargamentos.
El decomiso más reciente, realizado el 4 de diciembre, incluyó nueve armas de fuego, entre ellas pistolas Glock, Smith & Wesson y escopetas Tokarev, además de 477 proyectiles de diversos calibres, cargadores y accesorios. Estas armas, provenientes de Estados Unidos, estaban camufladas en un contenedor bajo la modalidad de encomiendas.
Según la Dirección de Aduanas, este caso forma parte de una serie de confiscaciones similares que se han incrementado en el último trimestre del año. A finales de noviembre, se reportaron dos decomisos consecutivos de armas, incluyendo un AR-15 y un revólver. En marzo, otro cargamento fue descubierto camuflado en baldes de pintura.
Fausto Cálix, director de Aduanas de Honduras, destacó la coordinación entre las autoridades aduaneras de Honduras y Estados Unidos para interceptar estos cargamentos. Sin embargo, expresó preocupación por la capacidad de estas armas de salir de suelo estadounidense sin ser detectadas.
La situación ha generado interrogantes sobre la eficacia de los controles en ambos países y la posible utilización de Honduras como ruta para el contrabando de armas. Las autoridades han reafirmado su compromiso de evitar que los puertos hondureños sean utilizados para actividades ilícitas.
Mientras se avanza en las investigaciones, el decomiso recurrente de armamento pone de relieve la necesidad de una cooperación internacional más estrecha para combatir el tráfico de armas y proteger la seguridad regional.