Autoridades proyectan que el 2025 cerrará con unos 40 mil hondureños deportados, la mayoría desde Estados Unidos

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Las autoridades migratorias de Honduras estiman que el año 2025 cerrará con alrededor de 40 mil hondureños deportados, principalmente desde Estados Unidos, luego de recibir a cerca de 20 mil connacionales en el primer semestre del año.

Así lo confirmó el director del Instituto Nacional de Migración (INM), Wilson Paz, quien explicó que el flujo de deportaciones se mantiene dentro de los parámetros considerados normales. Detalló que Estados Unidos tiene la capacidad de enviar hasta 12 vuelos semanales con hondureños deportados, aunque actualmente mantiene un promedio de seis vuelos por semana.

Paz también informó que durante este año se han registrado al menos 10 vuelos militares procedentes de Estados Unidos con connacionales retornados.

Honduras enfrenta desde hace años un flujo constante de ciudadanos retornados, acumulando más de 250 mil deportaciones en la última década, según datos oficiales. En 2022, se alcanzó un récord histórico con 94,339 retornados, lo que representó un aumento del 27.5 % respecto a 2021.

Aunque en 2023 y 2024 se observó una ligera disminución en las cifras —con 21,442 deportados desde Estados Unidos en 2024— los datos de este año revelan un repunte del 12 % solo en el primer semestre, en comparación con el mismo período del año anterior.

Según el INM, el grupo etario más afectado por las deportaciones está conformado por jóvenes entre 21 y 30 años, quienes continúan siendo el principal motor de los flujos migratorios que parten de Honduras. Esta tendencia responde a la falta de empleo, oportunidades y condiciones de vida dignas en el país.

La migración irregular sigue siendo un reflejo de las condiciones estructurales de Honduras, donde más del 70 % de la población vive en pobreza, y donde la violencia y la inestabilidad política empujan a miles de ciudadanos a buscar mejores oportunidades en el extranjero.

Las autoridades también advierten que mujeres y niños son los grupos más vulnerables durante la travesía migratoria, enfrentando mayores riesgos en el intento de llegar a su destino.