Universitarios exigen suspensión parcial de clases en Nicaragua por COVID-19

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A partir del 1 de mayo y entre semana con horario de las 5.00 a las 19.00 horas podrán abrir a un 25 % de su capacidad y con cita previa, los gimnasios, los centros de deportes sin contacto y las escuelas de natación.

Managua– Los estudiantes de educación superior en Nicaragua exigieron este miércoles la suspensión parcial de clases ante el Consejo Nacional de Universidades (CNU), para prevenir contagios de COVID-19.

Los universitarios, aglutinados en más de diez organizaciones estudiantiles, demandaron al CNU que se retracte del llamado a las clases presenciales permanentes a partir de esta semana y tome medidas para prevenir el contagio del coronavirus.

El CNU, un ente estatal autónomo, rector de la educación superior en Nicaragua, ordenó iniciar clases el pasado lunes, aunque su convocatoria fue poco exitosa ya que únicamente asistieron el 20 % de los alumnos, según las organizaciones estudiantiles, por el temor al nuevo coronavirus.

“Nosotros estamos poniendo sobre la mesa propuestas de parte de la población estudiantil, para que las autoridades del CNU llamen a la suspensión parcial de clases”, dijo el líder universitario Ariel Sotelo, en conferencia de prensa virtual.

PROPONEN CLASES EN LÍNEA

La propuesta de los jóvenes consiste básicamente en que se reduzcan al máximo los cursos presenciales, se establezcan las clases en línea, y si no hay más opción que acudir a la universidad, que se garantice jabón y agua en los baños, así como alcohol en gel suficiente.

Otro movimiento de universitarios ha propuesto que se brinden clases a distancia y grupos de monitores para explicar en casos excepcionales, para garantizar el aprendizaje de los alumnos que no cuentan con un computador o acceso a internet, informó a Efe el líder estudiantil Jasson Salazar.

Los líderes universitarios mostraron especial preocupación en dos grupos de estudiantes, los que tienen que viajar desde zonas rurales y los becados.

Según el estudiante Aritz Báez, ambos grupos sufren “chantajes y amenazas” de parte de las autoridades universitarias, “para forzarlos a asistir a clases”, ya que la universidades del CNU son estatales o reciben subsidios del Estado, con lo cual, la mayoría sigue las orientaciones del presidente Daniel Ortega, que contradicen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Dichas orientaciones consisten básicamente en negar la presencia del COVID-19 entre la población nicaragüense, acudir a actividades de aglomeración y dar prioridad a la economía.

MARTÍCULAS RETIRADAS

Báez y Salazar coincidieron en que un 20 % de la matrícula universitaria podría mermar este año, debido a la cantidad de padres de familia que han decidido retirar a sus hijos temporalmente de sus estudios.

La actitud de los estudiantes ha sido tomada por las autoridades del CNU como un acto de rebeldía política, según los grupos universitarios.

Salazar señaló la necesidad de una “comunicación directa entre las autoridades de las universidades con los maestros y estudiantes”, para que el CNU “se ponga la mano en la conciencia, y que no politice el tema de la salud y la educación”.

Los conflictos entre las autoridades universitarias y los estudiantes permanecen desde 2018, cuando los alumnos se sumaron de forma masiva a la rebelión popular contra Ortega, lo que dejó cientos de estudiantes de todos los niveles educativos muertos, por ataques de policías y paramilitares contra manifestantes en diferentes ciudades de Nicaragua.

El manejo de la pandemia por parte de Ortega, quien únicamente reconoce diez casos de COVID-19, incluidos dos muertos, ha sido criticada por organismos y científicos, tanto dentro como fuera de Nicaragua. EFE