Políticos le han fallado a los hondureños en 40 años de democracia, según analistas

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Tegucigalpa, 6 ene (EFE).- Honduras cumplirá en abril 40 años del retorno a la democracia después de casi 20 de regímenes militares, sin que la clase política haya sido capaz de resolver problemas como la pobreza, el desempleo, la violencia y la corrupción, entre otros.

La democracia retornó al país centroamericano con la instalación en abril de 1980 de la Asamblea Nacional Constituyente que redactó la actual Constitución, pero en la práctica se ha visto que los políticos no han sido la solución a los múltiples problemas de un pueblo que cada cuatro años ha venido escuchando promesas.

ENORME ESTANCAMIENTO

El sociólogo Eugenio Sosa, también docente universitario y analista, dijo a Efe en Tegucigalpa que 40 años después «en algunos temas hay un enorme estancamiento y, lo más grave, es que hay un retroceso democrático».

«En los 80, en las primeras elecciones, a pesar de estar en un contexto de guerra fría y de una Centroamérica convulsionada, las elecciones en Honduras fueron reconocidas, relativamente, como elecciones altamente observadas, respetadas entre los contendientes y con los elementos básicos de la transparencia», subrayó Sosa.

Agregó que cuatro décadas después del retorno al orden constitucional, las últimas elecciones, no solo después del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 al entonces presidente, Manuel Zelaya, incluso las de 2005, «empezaron a ser totalmente cuestionadas en su transparencia. Son elecciones dudadas hasta por organismos regionales como la Organización de Estados Americanos (OEA)».

Sosa considera que Honduras tiene un estancamiento en el elemento más básico de una democracia, que son «los procesos electorales».

«Tenemos retrocesos en otros aspectos como la parte más social (…), porque la democracia prometió resolver, o por lo menos enfrentar los grandes problemas nacionales del país, pero estos problemas han persistido o se mantienen, a veces agudizándose», indicó el analista.

AUSENCIA DE LÍDERES POLÍTICOS

En opinión de Sosa, «el principal reflejo del deterioro social de la democracia hondureña son las caravanas de inmigrantes», que iniciaron en octubre de 2018 y se estarían reactivando en este mes.

Esas caravanas «retratan la múltiple crisis que vive el país», agregó Sosa, quien además cree que Honduras sufre la ausencia de verdaderos líderes políticos.

En 40 años, el país pareciera haber avanzado en lo que respecta a una mayor participación democrática por el surgimiento de nuevos partidos, más de media docena, superando los cuatro que había en 1980, entre ellos los centenarios Nacional (en el poder) y Liberal, ambos conservadores y los que han alternado la presidencia.

«Pareciera que a los políticos hondureños no les puede caber de manera sensata la problemática que vive Honduras en este momento», dijo Sosa.

Además, Sosa cree que las perspectivas del país «no son nada prometedoras» y que lo que ahora se tiene es la amenaza, no de las dictaduras del siglo pasado, pero sí la de regímenes «surgidos de elecciones dudosas que se desempeñan de manera profundamente autoritaria y con políticas muy pro empresariales».

A eso se suman, según Sosa, otros elementos que Honduras no tenía en el decenio de los 80, «los graves niveles de violencia, los graves grados de impunidad y una corrupción, que siempre ha existido, pero que hoy se ha vuelto mucho más abierta y descarada».

HONDURAS MÁS ENDEUDADA

El excandidato presidencial por el Partido Innovación y Unidad-Socialdemócrata Olban Valladares también cree que el sector político le ha fallado a los hondureños.

«A simple vista se ve que el sector político, particularmente los que han llegado a gobernar, no han satisfecho las necesidades del pueblo hondureño», dijo Valladares a Efe en la capital hondureña.

Con el retorno a la democracia los hondureños creyeron que mejorarían sus condiciones de vida, abonado en parte, según Valladares, por el hecho de que Honduras no vivió en los años 80 las guerras internas de países vecinos como El Salvador y Nicaragua, lo mismo que Guatemala, que entonces ya sufría un conflicto.

Valladares también considera que los hondureños carecen de líderes y le han «adjudicado libremente» esa categoría a individuos sin saber si tienen la «calidad humana, principalmente conocimientos y capacidad de gobernar», obteniendo como resultado que «el país ha navegado a la deriva».

«Estamos más endeudados que lo que estábamos en el año 80, estamos con una tasa de pobreza que nos pone en los últimos países del mundo, ya no solo de la América Latina», indicó el excandidato presidencial y también analista.

Según Valladares, Honduras inició los años 80 «con una Constitución de avanzada, que todavía en sus raíces, en su esencia, es válida, es aplicable», pero 40 años después «Honduras está más pobre, está más analfabeta» y «tiene un futuro muy incierto en el concierto de las naciones».

«La brecha tecnológica que se está abriendo cada vez más entre los países desarrollados y los países retrasados como los nuestros, se está haciendo tan grande que es imposible pensar que podamos alcanzar mejores niveles a un corto plazo», enfatizó.

Eso indica, señaló Valladares, que «frente a las puertas de una nueva contienda electoral (en 2021), el pueblo hondureño tiene que empezar a meditar profundamente sobre la calidad de gobernantes que necesita y está dispuesto a soportar».