Nadador argentino con hipoacusia construye su propia pileta en cuarentena

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Fotografía fechada el 19 de junio de 2020 del nadador Sebastián Galleguillo entrenando en una piscina en el patio de su casa en la localidad de Florencio Varela, en la Provincia de Buenos Aires (Argentina). La piscina la construyó el nadador con la ayuda de sus padres con plásticos, nailon, maderas y chapas para poder seguir entrenando durante la cuarentena para contener la expansión de la COVID-19. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

Buenos Aires– Sebastián Galleguillo, un joven nadador argentino con hipoacusia, construyó con la ayuda de sus padres una pileta en un terreno de su casa con plásticos, nailon, maderas y chapas para poder entrenarse durante la cuarentena y cumplir su anhelo de competir en las Sordolimpiadas.

El nadador, de 18 años y con hipoacusia neurosensorial, habló con Efe de su amor por este deporte, de cómo la natación lo «ayudó a socializar» y a «abrir caminos» y detalló cómo construyó la piscina para poder entrenarse durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por la pandemia del coronavirus el 20 de marzo.

Pregunta: ¿Cuándo y por qué empezó a nadar?

Respuesta: Empecé a nadar a los 13, de 12 para 13, por un problema que tenía de mocos. De chiquito tenía muchos mocos. El moco me impedía varias cosas de la audición, se me alojaba atrás del tímpano, me tapaba el tímpano y me hacía tener mala audición. Por recomendación de un médico me mandaron a hacer natación. Los primeros días me sentía muy agotado porque me salían muchos mocos, fue cansador, pero me empezó a gustar.

P: ¿Qué significa la natación para usted?

R: Para mí, básicamente, sería mi vida porque si no fuera por la natación hubiera empeorado por el tema de la salud, de los mocos, el tema de mi audición y el problema que tenia para hablar en un inicio se me hubiera complicado. La natación me ayudó a socializar mucho, me abrió muchos caminos. Me abrió el sistema respiratorio, sinceramente le debo todo a la natación. Para mí es la vida, siempre voy a amar este deporte.

P: ¿Qué tipo de déficit auditivo tiene?

R: Lo mío sería hipoacusia neurosensorial. Lo mío es del cerebro. No se me terminaron de juntar unos cables en la cabeza y por eso no escucho bien. La sordera sería interna.

P ¿Cuándo surgió la idea de hacer la pileta?

R: El día 75 (de la cuarentena). El 77 empezamos a hacer el proyecto. La idea principal fue hacer un pozo, una excavación, a pala. Pero yo dije, ya que la hacemos, la hacemos de 25 metros paleando, por dos metros de ancho y un metro de profundidad, mi papá nos decía que no, que si hacía eso terminaba a fin de año.

Surgió la idea de mi mamá, que dijo: ‘Hagamos como un invernáculo, pero invertido, hagamos esa estructura, pero más reforzada’. La función básica era el plástico, el nailon. Tuvimos que nivelar un poco el piso, lo enderezamos, barrimos y le pusimos unas chapas. Pusimos palos en línea enterrados a un metro de profundidad, pusimos las chapas y las agarramos con madera.

Reciclamos unos plásticos, que es lo que se ve abajo de la pileta. Pusimos uno arriba del otro. Así fuimos poniendo todo, cosa de darle la curva. Lo sostiene eso, todo lo mantienen los postes, las chapas y el plástico, y el nailon contiene el agua.

P: ¿Calientan el agua?

R: El tema es mantener el agua, no calentarla, porque es imposible, el agua de pozo es helada. Lo que hicimos al inicio fue hacer una caldera que está a un costado, la idea la tuvo mi mamá y la hicimos con mi papá.

P: ¿Creé que podrá participar en las Sordolimpiadas?

R: El tema de las clasificaciones sería por el tema de la audición. Tengo que llegar a un cierto porcentaje que lo tengo, pero me tengo que hacer la audiometría. Tengo los tiempos para pasar a las finales y para posibilidad de podio. Tengo que esperar a que termine la cuarentena y ver qué sucede, pero es el motivo por el que este año empecé a entrenar más fuerte que nunca.

P: ¿Qué personas o instituciones lo ayudaron?

R: Me ayudaron mi familia, me ayudó mi hermano con chapas, mi vecina con materiales y mi entrenador me dio las medidas. Quiero agradecerle a mi entrenador Guillermo Noble, que me apoyó en todo. Ahora me pasa todos los entrenamientos.

También a Marcela Belviso, que me dio la oportunidad de formarme en el campus del CADES (Confederación Argentina Deportiva de Sordos) y tengo la posibilidad de ir a las Sordolimpiadas. Y a Alejandro Pérez, el que me consiguió los trajes (de neoprene), ahora puedo entrenar más tranquilo.

P: ¿Qué significó para usted que sus papás lo ayudaran a construir esta pileta?

R: Me di cuenta de que los que siempre me apoyaron en el deporte, sea malo o bueno, eran mis papás. A mí me gusta correr porque soy competitivo, pero me di cuenta de que tengo un motivo más para correr: mis papás. Todo el amor que me dieron por el deporte y todo lo que hicieron para ayudarme. Me hicieron un pileta, me ayudaron, tengo una alegría impresionante, mi forma de expresarlo es correr las carreras por mi familia, por todo lo que me apoyaron. EFE