Medicina indígena y occidental se alían contra la pandemia en Panamá

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Según el Ministerio de Salud, 4.718 personas se han recuperado de la enfermedad y hoy se efectuaron en el país 7.171 pruebas, para un acumulado de 243.119 test. EFE

Panamá– En las empobrecidas comarcas indígenas de Panamá hay «zozobra y miedo» por el COVID-19. El virus se está propagando y ha causado al menos una decena de muertos y cerca de 300 contagios en varios de estos territorios, donde la medicina tradicional y la occidental buscan un camino común contra la enfermedad, aseguraron a Efe las autoridades.

En Panamá hay cinco comarcas, decenas de territorios indígenas fuera de ellas y siete etnias: Emberá, Wounaan, Guna, Ngäbe, Buglé, Naso y Bri-Bri. Según las cifras oficiales, cerca del 11 % de la población del país, de unos 4 millones de habitantes, es indígena.

Pero nada es sencillo en una comarca y menos frente a la pandemia: son lugares de difícil acceso, carecen de vialidad interna, las familias son numerosas y la población, dispersa en el territorio, está abatida por una pobreza de hasta el 96 % según datos oficiales.

Los casos de COVID-19 «están en aumento y cada vez más personas se están contagiando en las comarcas. Eso es porque muchos que trabajaban en la ciudad, que trabajaban en las zafras, en los cafetales y otras empresas, al quedar sin trabajo, regresaron ya infectados», dijo a Efe el viceministro de Asuntos Indígenas, Ausencio Palacio.

Panamá, el país más afectado de Centroamérica por la pandemia con más de 9.000 contagios y alrededor de 260 muertos, está en cuarentena desde el 25 de marzo y casi todas las actividades están paralizada, con la excepción de los sectores básicos como alimentos, salud, seguridad y transporte, entre otros.

UN PROTOCOLO MULTICULTURAL DE ATENCIÓN

La incidencia de la enfermedad en Guna Yala, la comarca más afectada con 196 contagios confirmados y 8 muertes según datos oficiales entregados a Efe, ha llevado al Ministerio de Salud a trasladar a la Ciudad de Panamá a varias decenas de enfermos con síntomas leves o moderados para un aislamiento más efectivo y mejor atención sanitaria.

Y allí entra el tema de la multiculturalidad, pues en la familia originaria cuando alguien enferma son los parientes los que acompañan y atiende, y también se utilizan los remedios tradicionales, explicó el viceministro de Asuntos Indígenas.

Palacio reconoció que en comunidades indígenas es común que vivan «hasta 20 personas en una misma casa, sin la higiene, condiciones y protección necesarias» frente al nuevo coronavirus y que esa situación «ha permitido el incremento de los afectados».

Pero ello «no significa que no se pueda combatir» el COVID-19 con un «protocolo de aislamiento en las mismas comunidades que permita interactuar la experiencia occidental con la experiencia y el trabajo medicinal tradicional», como ya lo han sugerido las autoridades indígenas y se ha planteado al Ministerio de Salud.

A juicio del viceministro, «se educa más estando aislados en sus comunidades, porque una familia viendo a un enfermo aislado va a generar conciencia, va a quedarse en casa, usar mascarilla, va a lavarse las manos, va a tener cuidado de salir».

«Hay que hacer el protocolo» no solo para atender si no también para «orientar a la comunidad, porque la gente vive en zozobra, la gente está viviendo con miedo» en las comarcas, donde la «gran mayoría» está respetando las medidas» dictadas por las autoridades de Salud, aseveró Palacio, nacido en la comarca Ngäbe Buglé en 1964.

AUTORIDADES INDÍGENAS Y DE SALUD YA SE COORDINAN

En Guna Yala las autoridades sanitarias regionales junto con los líderes tradicionales establecieron el cerco total de la comarca y sus pobladores se movilizan con salvoconducto, dijo a Efe el vicedirector de Salud Indígena del Ministerio de Salud, Juan Gómez.

En la comarca de Guna de Madugandí, «la misma comunidad ha tomado la decisión de hacer el aislamiento familiar de 15 días. Las mismas autoridades tradicionales han establecido mecanismos de aislamiento para minimizar los riesgos», aseveró.

El «COVID-19 no tiene tratamiento» aún en la medicina occidental, y «cada una de nuestras autoridades tradicionales se ha avocado a sus medicina, a sus terapias. En eso han estado las comunidades trabajando con las autoridades tradicionales con tal de minimizar los riesgos de contagio», dijo Gómez.

Reconoció que hace falta seguir afinando la estrategia contra la pandemia en los territorios indígenas pero recalcó que los frutos de lo andado se ven, por ejemplo, en Guna Yala, «una comarca de 51 comunidades con 46 de ellas libres de COVID-19».

De acuerdo con las cifras oficiales entregadas a Efe, a inicios de esta semana las comarcas Guna Yala y Ngäbe Buglé acumulaban la mayor cantidad de casos de coronavirus, 196 y 74, respectivamente, con 8 muertes por la enfermedad en la primera y una sola en la segunda.

La comarca Guna de Wargandí registraba un fallecido y 16 contagios; la Emberá-Wounaan 7 casos sin muertes, mientras que la Madugandí estaba libre de COVID-19. EFE