Los muertos por COVID-19 en Honduras ascienden a 835 con 10 nuevos casos

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Un grupo de personas se despiden después de enterrar un pariente que murió por coronavirus en el cementerio Parque Memorial Jardín de los Ángeles, hoy jueves en Tegucigalpa (Honduras). EFE/Gustavo Amador

Tegucigalpa– Las muertes por COVID-19 en Honduras se elevaron este jueves a 835 con 10 nuevos casos que registró el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), en cadena de radio y televisión.

A la cifra de decesos se suman 831 contagios, para hacer un total de 30.867 a nivel nacional, luego de haber sido practicadas 2.044 nuevas pruebas de laboratorio PCR, indicó el organismo estatal.

Francisco Morazán y Cortés, en el centro y norte del país, de nuevo fueron los dos departamentos con más casos positivos de los 831 confirmados por el Sinager.

Los nuevos casos de contagios se registraron en 15 de los 18 departamentos que tiene Honduras, un país empobrecido que sigue sufriendo, no de ahora, un deficiente sistema de salud pública.

El Sinager, que había reducido a menos de 2.000 sus últimas pruebas de laboratorio PCR, hoy sumó 2.004, además de registrar 1.344 personas hospitalizadas, de las que 927 presentan un cuadro estable, 367 están graves y 50 permanecen en unidades de cuidados intensivos.

Además, los pacientes que han superado la mortal enfermedad ya suman 3.420, con 41 nuevos casos que registró el organismo sanitario, que a diario informa, aunque con retraso de entre una y dos semanas, sobre las pruebas de laboratorio PCR que se van practicando.

La pandemia de COVID-19, que desde marzo afecta a Honduras, también está teniendo graves repercusiones en lo económico, por la paralización de la mayor parte de los sectores productivos.

Los más afectados en lo económico son los de la economía informal que, en condiciones normales, subsisten con las ventas que hacen a diario.

La crisis sanitaria y económica causada por la pandemia se ve reflejada en las calles y bulevares de las principales ciudades, con cada vez más gente pidiendo dinero o comida, en su mayoría mujeres, muchas de ellas con niños de corta edad, y en el cierre de negocios, pequeños, medianos y grandes.

El país vive desde a mediados de marzo bajo un toque de queda que se ha venido prolongando, la última vez, por una semana, el pasado día 12, hasta el 19 de julio.

La población sigue saliendo a partir del último dígito de su carné de identidad, o pasaporte en el caso de los extranjeros, de lunes a viernes, mientras que el sábado y domingo no sale nadie, solamente el personal autorizado, como el asociado al sistema de salud, cuerpos de seguridad y periodistas, entre otros.