Madrid – Transcurridos ya seis meses desde el estallido de la pandemia en Europa, la posibilidad de que se produzca una crisis bancaria es «remota», pese a que tendrá que soportar elevadas provisiones por préstamos impagados, según la agencia calificadora Scope.
En un informe difundido este jueves añade que los gobiernos deben desempeñar un papel más importante en «la lucha contra la creciente tensión» derivada de la crisis sanitaria en forma de estímulos fiscales o de ayuda a la financiación de los sectores en dificultades, y apunta que «ayudaría» una mayor cooperación entre países.
A diferencia de la pasada crisis financiera, en esta crisis sanitaria la industria bancaria está mostrando «métricas prudenciales y financieras tranquilizadoras», apunta la agencia.
De hecho, los niveles de capital se han mantenido durante la pandemia, lo que es positivo para la imagen del sector bancario porque se espera que financie las economías europeas posteriores a la situación de crisis sanitaria.
El informe señala que los supervisores bancarios deben evitar una innecesaria dureza a la hora de tratar con bancos que experimenten problemas relacionados con el virus.
El documento explica que «el tan temido» riesgo regulatorio (que el desarrollo de nueva normativa desincentive la inversión) «parece ser más bien cosa del pasado», ya que, a medida que avanzaba la crisis, los supervisores están animando a los bancos a aprovechar la liquidez y el capital.
En opinión de esta agencia, la crisis sanitaria no es momento adecuado para que los bancos lleven a cabo transacciones que puedan generar riesgos adicionales.
En este sentido, apunta que los grandes bancos europeos no muestran intención de sacar beneficio de esta situación ya que, cuanto menos traten los bancos de capitalizar una situación estresante, menos sufrirá su imagen pública cuando la vacuna y su comercialización masiva tengan éxito. EFE
