El «olfato político» guía la respuesta a la pandemia en Centroamérica

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Una mujer fue registrada al entrar con un familiar con síntomas de coronavirus al área de emergencias del Hospital San Juan de Dios de Ciudad de Guatemala. EFE/Esteban Biba

San Salvador– El «olfato político» de los presidentes y sus asesores ha sido la guía en la atención a la pandemia del COVID-19 en la mayoría de los países centroamericanos, donde no se descarta la posibilidad de que se convierta en el epicentro de los contagios, dijo en una entrevista con Efe el investigador Óscar Picardo.

Datos del Sistema para la Integración Centroamericana (SICA) dan cuenta de que esta región, incluida República Dominicana, acumula 119.818 casos confirmados del coronavirus SARS-CoV-2 y 3.043 fallecidos hasta el 1 de julio.

«Lamentablemente, casi todos los países se centraron en el olfato político de los presidentes y de asesores en marketing político, que son los que han estado dirigiendo la pandemia», apuntó Picardo, quien encabeza el Instituto de Ciencias Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia.

Añadió que «salvo el caso de Costa Rica, el resto de los países ha tenido un abordaje eminentemente político» de la pandemia.

Dijo que en el caso de El Salvador y Honduras ha sido «muy político todo el manejo», mientras que en Guatemala hay una «mezcla» con «medidas interesantes», aunque «con poca ciencia».

«Centroamérica no ha actuado conforme a criterios científicos, teniendo la ventaja de estar esperando el fenómeno, porque ya había pasado en Asia, en Europa y ya sabíamos muchas cosas que se pudieron haber previsto», subrayó.

Añadió que «la mayoría han usado las mismas herramientas de cuarentena, de cierre de aeropuertos, algunos más tarde que otros», lo que a su juicio «no funciona» si no se logra «incorporar otros elementos».

Desde mediados de junio, Centroamérica experimentó una explosión de casos y muertes por COVID-19, con cifras diarias récord en casi todos los países de la región, tendencia que sigue.

Costa Rica, alabada internacionalmente por su respuesta a la pandemia y que ha tenido que retroceder en su proceso de reactivación económica, contabilizó el miércoles 294 casos de COVID-19 con lo que rompió de nuevo su récord diario.

Algo similar sucedió con Guatemala al sumar 44 muertes y un total de 915 nuevos contagios, la mayor cantidad de casos en un solo día.

En Nicaragua, un país sumido en una prolongada crisis política y cuyo abordaje de la pandemia suscita críticas internacionales y locales, oficialmente se reportan 2.519 personas contagiadas y 83 muertas.

El independiente Observatorio Ciudadano COVID-19, una red de médicos y voluntarios, reportó hasta el 24 de junio pasado 6.775 contagios y 1.749 muertes sospechosos por coronavirus.

El Salvador, que acumula 7.000 casos, registró el 30 de junio su cifra más alta de contagios en un día con 298 pacientes confirmados con COVID-19.

Para Picardo, Centroamérica «posiblemente» se convierta en el epicentro del COVID-19 por «como vamos, como pintan las cifras».

¿LOS DATOS OCULTOS DE EL SALVADOR?

El Salvador registra oficialmente hasta este 2 de julio un total de 7.000 contagios de COVID-19 y 191 fallecidos, de acuerdo con un portal oficial del Ministerio de Salud.

Picardo relató que recientemente tuvo acceso a una base de datos de esta cartera gubernamental que refleja una cifra más alta de fallecidos.

Los datos filtrados, que se publicaron en la revista digital Disruptiva, dirigida por el experto, indican que las «muertes confirmadas por COVID-19» hasta el 25 de junio pasado son 496 muertes y los fallecimientos bajo sospechas son 356.

Solo las muertes que da esta base de datos es superior en más del 159 % a las reportadas oficialmente.

Indicó que con esta cifra de personas supuestamente fallecidas por el COVID-19 «inferimos» que los contagios podrían situarse entre 16.000 y 80.000 contagiados.

«Lo hemos dicho en varias oportunidades, que no hay transparencia ni diálogo con el tema de los datos», afirmó Picardo, quien señaló la «importancia de contar con datos confiables y válidos para el diseño de políticas públicas».

Datos de las inhumaciones con protocolo de COVID-19 de las alcaldías de San Salvador (centro), Santa Tecla (centro) y San Miguel (este) suman al menos 666, sin que las autoridades detallen la cifra de casos confirmados.

Iván Solano, médico y miembro del Observatorio Médico COVID-19, aseguró recientemente en una entrevista televisiva que tuvo acceso a una base de datos que daba cuenta de 729 personas muertas relacionadas con el coronavirus hasta el 22 de junio.

Cerca de esa fecha se filtró en las redes sociales un supuesto memorándum del Ministerio de Salud que indica que más de 600 personas fueron inhumadas tras padecer COVID-19 y ser sospechosos.

Efe intentó conocer la postura del Gobierno sobre dicho documento mediante un enlace de prensa, sin que se haya recibido una respuesta confirmando o negando su veracidad.

EFECTOS DE LLUVIAS Y NUEVA CUARENTENA EN EL SALVADOR

Picardo señaló que a mediados de junio «se dispara en una forma casi vertical la curva» de contagios en El Salvador y atribuyó esta escalada a la tormenta tropical Amanda, que golpeó a inicios de dicho mes y dejó unos 30 muertos.

Apuntó que el país tiene la «ventaja» de que su transporte público se encuentra congelado y recomendó que siga igual por unos 15 días más, al igual que el aeropuerto y las fronteras.

El país se encuentra en la parte final de la primera etapa de la reactivación económica y se espera que la segunda comience el 7 de julio, lo que implicaría el comienzo de la circulación del transporte público.

El Ejecutivo de Nayib Bukele solicitó a la Asamblea Legislativa que apruebe la instauración de un estado de excepción por 15 días para una nueva cuarentena ante la escalada de los casos en las últimas semanas. EFE