Drones para proteger a delfines Maui en peligro de extinción en Nueva Zelanda

0
791

Sídney – Nueva Zelanda lanzó este viernes un programa piloto para intentar salvar de la extinción a los últimos 63 delfines Maui que quedan en el planeta, mediante un veloz y poderoso dron que tiene una sofisticada inteligencia artificial que le permite localizarlos y seguirlos.

Esta novedosa tecnología «ayudará a llenar los importantes vacíos científicos respecto a la distribución del delfín de Maui y el uso de su hábitat», dijo la cofundadora del proyecto MĀUI63, Rochelle Constantine, en un comunicado del Fondo para la Conservación de la Naturaleza en Nueva Zelanda (WWF-New Zealand).

Los científicos aún desconocen aspectos importantes sobre la distribución de este delfín de 1,4 metros de largo, que ha sido incluido en la lista roja de la ONU de las especies en peligro crítico de extinción, especialmente durante los meses de invierno y en diferentes momentos del día y la noche.

«Uno de los asuntos más importantes para la conservación es con qué frecuencia los delfines usan las áreas en donde operan los pescadores, que es donde está el riesgo de que se queden atrapados en las redes», apuntó Constantine.

A CONTRARRELOJ

Este animal, cuyo nombre científico es Cephalorhynchus hectori maui y es llamado por los maoríes «Tutumairekurai» («morador del mar»), es considerado «raro» por los expertos a causa de su escaso número y por ser los más pequeños dentro de la familia de los delfines marinos.

El hábitat de esta subespecie del delfín de Héctor se encuentra cerca de la costa oriental de la Isla Norte neozelandesa, donde se pueden ver ejemplares en la desembocadura de los ríos, estuarios, así como en bahías con una profundidad de 20 metros y a una distancia de diez kilómetros del litoral.

EL HOMBRE, SU PRINCIPAL ENEMIGO

Su depredador natural es el tiburón, aunque el mayor enemigo del delfín de Maui es el ser humano, que casi ha acabado con su población por la pesca, la minería, el desarrollo costero, la contaminación y el cambio climático, entre otros factores.

Los productos químicos y los metales pesados vertidos al mar son potencialmente peligrosos para la reproducción y las sustancias que vierten los buques petroleros causan cáncer en estos mamíferos marinos.

Pero la principal causa de muerte son las redes de los pescadores en la que se quedan atrapados sin poder emerger a la superficie para respirar, mientras que las crías, que tiene el tamaño de un gato, mueren por las heridas que les causan las hélices de los barcos.

«Si solo quedan 63 delfines Maui, el hecho de no tener datos sobre los lugares en donde nadan o cómo usan su hábitat es simplemente inaceptable», remarcó la directora ejecutiva de WWF-New Zealand, Livia Esterhazy, al insistir en la necesidad de remover las amenazas y evitar su extinción.

El dron del proyecto MĀUI63, liderada por (WWF-New Zealand) y que cuenta con la colaboración del gobierno, expertos científicos y tecnológicos y empresas pesqueras, puede volar a una velocidad de hasta 160 kilómetros, tiene un rango de 50 kilómetros y lentes con un zoom de 50 veces.

Se espera que el sofisticado aparato se despliegue una vez por mes para estudiar a estos animales, mientras que los datos obtenidos serán compartidos públicamente.