Descubren una bacteria que se alimenta de manganeso

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La bioquímica del laboratorio Hércules de la universidad de Évora, Catia Salvador toma muestras de bacterias en la Gruta paleolítica del Escoural, en la comarca lusa de Évora. EFE/ Carlos García/Archivo.

Londres– Un equipo de expertos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) ha descubierto una bacteria que se alimenta de manganeso y que emplea el metal como fuente calórica, según publica este miércoles un estudio de Nature.

Si bien se había contemplado que esos microbios ya existían hace más de un siglo, ninguno se había descrito hasta ahora.

«Son las primeras bacterias encontradas que emplean manganeso como fuente de combustible», subrayó Jared Leadbetter, profesor de Microbiología Medioambiental en Caltech.

Junto con otro experto, el científico Hang Yu, Leadbetter subraya en el citado estudio que «un aspecto maravilloso de los microbios en la naturaleza es que pueden metabolizar materiales que parecen poco probables, como metales, produciendo energía útil a la célula».

La indagación revela asimismo que las bacterias pueden utilizar el manganeso para convertir dióxido de carbono en biomasa, un proceso llamado quimiosíntesis.

Anteriormente, los investigadores tenían constancia de bacterias y hongos que podían oxidar el manganeso, o despojarlo de electrones, pero solo habían especulado con que esos microbios que aún tenían que ser identificados podrían ser capaces de aprovechar el proceso para impulsar el crecimiento.

Leadbetter llevó a cabo experimentos con un tipo ligero de manganeso, similar a la tiza, tras dejar a remojo en agua del grifo una jarra de vidrio manchada con esa sustancia en el lavabo de su oficina, antes de marcharse durante varios meses. A su regreso, se encontró la jarra recubierta con un material oscuro.

«Pensé: ¿qué es esto? Y empecé a preguntarme si microbios que habían sido buscados durante mucho tiempo podrían ser los responsables, así que realizamos test de manera sistemática para averiguarlo», explicó el científico.

Vieron que la capa negra que recubría la jarra era manganeso oxidado generado por la bacteria recién descubierta que probablemente procedía del agua del grifo.

«Hay evidencias de que familiares de esas criaturas residen en aguas freáticas, y una porción de agua potable de Pasadena se extrae de acuíferos locales», dijo.

El manganeso es uno de los elementos más abundantes que se hallan en la superficie de la tierra y cuando se oxida adopta la forma de sustancia oscura, común en la naturaleza.

Leadbetter señala que aunque se ha escrito mucho sobre sistemas de distribución de agua potable atascados por óxido de manganeso, «cómo y por qué motivo se generan esos materiales seguía siendo un enigma».

«Claramente, muchos científicos han considerado que las bacterias que usan manganeso para extraer energía podrían ser las responsables pero hasta ahora no había evidencias disponibles que sostuvieran esta idea», apuntó.

Los hallazgos ayudan a los investigadores a entender mejor la geoquímica de las aguas freáticas y se sabe que las bacterias pueden degradar sustancias contaminantes en las aguas, un proceso llamado biorremediación.

Al hacerlo, varios organismos clave «reducen» el óxido de manganeso, lo que implica que donan electrones, de manera similar a cómo los humanos se sirven del oxígeno del aire.

Los científicos, según recuerda el análisis, siempre se han preguntado de dónde procede el óxido de manganeso.

«Las bacterias que hemos descubierto lo pueden producir, por ello disfrutan de un estilo de vida que también sirve para suministrar a otros microbios lo que necesitan para llevar a cabo reacciones que consideramos son beneficiosas y deseables», remarcó.

La investigación también es relevante para comprender los nódulos de manganeso -que son como bolas metálicas- que están en gran parte del fondo marino y en las que se encuentran concentraciones de metales raros.

Según Woodward Fischer, profesor de Geobiología en Caltech, el descubrimiento «rellena un agujero intelectual importante en nuestro entendimiento de los ciclos de los elementos de la Tierra» y añade información a los diversos modos en los que el manganeso «ha moldeado la evolución de la vida en nuestro planeta».