Tegucigalpa- En su último reporte la Región Metropolitana de Salud del Distrito Central, confirmó que un total de 65 privados de libertada han dado positivo al COVID-19, quienes guardan prisión en la cárcel Marco Aurelio Soto, en la aldea de Támara, Francisco Morazán.
En ese sentido, organizaciones de familiares de privados de libertad han mostrado su preocupación, debido a que la enfermedad se puede proliferar más y afectar a la mayor población penitenciaria.
Delma Ordónez, presidenta de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad, manifestó que existen más de 800 reos que han presentado malestares como: dolor de cabeza, fiebre y dolor de cuerpo.
Acotó que recientemente mantuvo una reunión con el director del centro penal, para analizar la medidas de bioseguridad que se están aplicando en ese recinto.
“Creo que esto se ha salido de las manos, necesitamos una intervención inmediata de la Secretaría de Salud, de la Región Metropolitana y del Sinager porque no sólo son esos 65 casos, si no que hay un brote que no sabemos de qué es, si es de dengue o de gripe porque en las cercanías del centro penal, me comentaba el director, hay nubes de zancudos que no han pedido controlar”, apuntó.
