Berlín tiene fea en Biontech y Pfizer y pide autorización de vacuna para Europa

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EFE

Berlín, 9 nov (EFE).- El Gobierno alemán expresó hoy su satisfacción por los avances logrados por el consorcio alemán Biontech y el estadounidense Pfizer en su vacuna contra la covid-19 y mostró su confianza en que soliciten su autorización tanto en EEUU como en Europa.

Los avances conseguidos son «muy alentadores», afirmó el ministro de Sanidad, Jens Spahn, tras informar ambas empresas, en un comunicado conjunto, de que solicitarán la próxima semana su licencia a las autoridades de Estados Unidos.

Ambas farmacéuticas afirman en su comunicado de que los estudios de su vacuna muestran una eficacia superior al 90 % en los participantes sin evidencias previas de infección.

Este nivel de eficacia se ha logrado siete días después de la segunda dosis, es decir 28 días después del inicio de la vacunación; la eficacia final podría variar a medida que avance el estudio, advierte el comunicado.

Su propósito es solicitar la correspondiente licencia la próxima semana ante la autoridad estadounidense FDA. Spahn recordó al respecto que ello implica, en primera línea, a Estados Unidos, pero expresó asimismo su confianza en que haya una solicitud «paralela» ante la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés).

Los resultados reportados indican «que esta vacuna puede marcar la diferencia», dijo Spahn, para insistir en su satisfacción de que en ella esté implicada una farmacéutica alemana y advertir, sin embargo, de que ello no significa que «mañana ya haya una autorización».

La fase 3 de los estudios se inició en julio y hasta ahora 43.500 personas han recibido al menos una de las dos inyecciones que deben aplicarse dentro del plazo de dos semanas. La protección se obtiene a partir de la segunda inyección.

Biontech y Pfizer calculan que este año podrán producir 50 millones de dosis. Para el año próximo cuentan con 1.300 millones de dosis.

ALARMA ANTE CURVA ASCENDENTE

El anuncio de las farmacéuticas se produce en un momento de alarmante repunte de los contagios en Alemania, el país de más peso demográfico de la UE -82 millones de habitantes-, que en la primera ola de la pandemia logró mantenerse en una mortalidad moderada, pese al alto número de contagios.

En las últimas semanas se saltó a máximas diarias de nuevas infecciones -23.399 casos, el pasado sábado, con 130 víctimas mortales en 24 horas-, cifras impensables un mes atrás.

Según datos del Instituto Robert Koch (RKI), competente en la materia, los positivos verificados desde el principio de la pandemia en el país son 671.868, con 11.352 víctimas mortales.

El RKI calcula que alrededor de 429.600 personas se han recuperado de la enfermedad y que en la actualidad hay unos 230.600 casos activos.

El número de pacientes con covid-19 en las unidades de cuidados intensivos ascendía el domingo a 2.904, de los cuales 1.605 reciben respiración asistida, según datos de la Asociación Interdisciplinar Alemana de Cuidados Intensivos y Medicina de Urgencia (DIVI).

La canciller Angela Merkel ha advertido reiteradamente de que la situación es «dramática» y rogado encarecidamente a sus ciudadanos que limiten al máximo sus contactos.

En su último mensaje semanal, este fin de semana, advirtió de que las restricciones en la vida pública deberán seguir hasta que no esté inmunizado un 70 % de la población, para lo que es preciso contar con la vacuna.

Su Gobierno ha estimado que tal vacuna estará dispuesta para ser administrada en los primeros meses de 2021.

Se calcula, sin embargo, que en la fase inicial habrá existencias limitadas de la o las vacunas, por lo que será necesario dar prioridad a determinados grupos «hasta que haya para todos», señaló hoy en una rueda de prensa Alena Buyx, presidenta del Consejo Ético Alemán.

Así, tendrán prioridad en recibir la vacuna en primer lugar aquellas personas que de contraer la enfermedad tendrían un elevado riesgo de morir o desarrollar un cuadro clínico grave, según se desprende de un informe elaborado por expertos de la Comisión Permanente de Vacunación (STIKO) del Instituto Robert Koch, la Academia Nacional de Ciencia Leopoldina y el Consejo Ético.

En segundo lugar, se administrará a trabajadores del sector sanitario, tanto personal médico como cuidadores, y después a empleados de otros servicios considerados esenciales, como bomberos, policías y profesores.